Un siglo de tradiciòn
La tierra de donde nace el vino de Irene Badalà, ubicada en el distrito de Santo Spirito en
Passopisciaro, ha pertenecido a su familia durante más de un siglo. La suya es una
historia de la tradición vitivinícola que comenzó hace unos cien años, cuando se decidió
aumentar la producción de viñas con unos 3000 árboles Nerello Mascalese.
Hoy, en las laderas del Etna, Irene y su esposo cuidan de 12,000 plantas. La pasión, el
estudio y el trabajo les han permitido producir vino en la viña. Además, su método es
combinar la tradición con nuevas técnicas y siempre prestan especial atención a los
cambios en las necesidades de sus plantas.